Día 6 de la Novena
Gloria cantan en el cielo
Gloria cantan en el cielo
al niño que nació en Belén
y el eco de valle en valle
repite una y otra vez.
¡Gloria!
A Dios en el cielo. (bis)
Hoy nosotros repetimos
todos juntos el cantar
que los cielos entonaron
a la entrada del portal.
¡Gloria!
A Dios en el cielo. (bis)
Adoremos al Dios niño
que nos trajo salvación:
y pidámosle su gracia
cantando todos a una voz.
¡Gloria!
A Dios en el cielo. (bis)
Cristianos, en este día
entonemos con amor
nuestro canto de alegría
como los ángeles de Dios.
Oración Inicial
¡Oh, Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinito amor por nosotros, queremos hacer esta novena para presentarte con sencillez nuestra alegría y cariño.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial con confianza y gratitud. Así queremos que sea nuestra oración, especialmente en estos días en que haremos memoria de tu Nacimiento.
Amén
Lectura:
Mateo 2, 1-2
Reflexión
La buena noticia del Salvador es para todos. No importa de dónde venimos, dónde nacimos, de qué color es nuestra piel, de qué forma amamos, si tenemos mucho o poco ni qué hemos hecho antes de encontrarnos con Él. Jesús vino para darnos a todos la vida en abundancia que sólo viene de Dios. Sigamos sin miedo la estrella luminosa de su ejemplo, porque, si la seguimos en el camino de la vida, llegaremos a Él.
Propósito de estos días
En estos días y ojalá siempre, recibiré con cariño a quien es distinto a mí. Le entregaré mis dones y recibiré agradecido(a) todo lo que con bondad me ofrezcan. No olvidaré que Dios me ama a mí y también a ellos.
Soliloquio: El dromedario
¿Qué les pasará a esos animales?
Primero, hacían tanto mugido que el viejo establo parecía gallinero. Ahora se han quedado todos en silencio ¡Qué va! No son más que un montón de vacunos y asnos. Bestias de trabajo.
Por eso que un animal alto y elegante como yo, un dromedario, mal llamado camello, no convive con mamíferos vulgares y cabizbajos. Porque es muy distinto venir al mundo como torito y terminar siendo buey, que nacer... bueno, dromedario.
Sólo el caballo podría intentar tener mi lugar ¡Y eso!
El rey de los desiertos soy yo. Que se escuche claramente.
Nadie supera al dromedario en aguante, en velocidad, en velocidad sostenida ni en trote silencioso... en prestancia.
Cuando Salomón se escabullía a Yemen. Sí, yo lo sé. A ver a la reina de Saba, iba en dromedario, pues. En caballo... no habría llegado.
Y los príncipes de Persia recorrían sus amplios dominios en los más famosos y finos animales ¿Cuáles? Dromedarios. Bueno, sí. A veces, en elefantes y caballos.
Mi abuelo fue un hermoso dromedario que trajeron de regalo a un noble de Palestina. Nadie es perfecto. Un día se asustó y lo botó al suelo ¡Era tan gordo aquel hombre! Y el muy vil se desquitó con mi abuelo.
Así llegó mi familia a este pobre pueblo. Lo vendieron a ese viejo posadero mal genio, que me carga con sus alforjas cada vez que se le ocurre ir de viaje por el desierto. ¡Pobre tipo!
¡Uy, no sé qué le pasa! Anda más idiota que nunca. Será porque esta aldea apestosa se ha llenado de visitas y a él le hubiese gustado haber tenido más cuartos, para ganar más dinero. Que es lo único que le gusta.
Por eso, hasta puso gente en la pesebrera.
¿Y quién será ese hombre y su mujer que aceptaron pasar la noche entre las bestias? Se veían apacibles, delicados. Se acomodaron sin hacer ruido. Aunque ella estaba encinta.
En verdad hay humanos que casi parecen camellos. Sólo les hace falta ser capaces de controlar sus apetitos y beber menos.
Pero... ¿qué maravilla veo? ¡Les ha nacido un niño! ¡Por eso el silencio!
¡Y qué cría humana tan hermosa! Parece hecha de luz. Brilla como la luna llena cuando acaricia los pedregales y el llano árido. Si hasta las hormigas han salido de sus hormigueros a adorarlo.
¿Quién será? Quisiera acercarme y calentarlo con mi aliento.
El tamborilero
El camino que lleva a Belén
baja hasta al valle que la nieve cubrió,
los pastorcillos quieren ver su rey,
le traen regalos en su humilde zurrón
Ropo-pom-pón, ropo-pom-pón
Ha nacido en un portal de Belén,
El niño Dios
Yo quisiera poner a tus pies
Algún presente que te agrade, Señor
Mas, tú ya sabes que soy pobre, también
Y no poseo más que un viejo tambor
Ropo-pom-pón, ropo-pom-pón, pón
En tu honor, frente al portal tocaré
Con mi tambor
El camino que lleva a Belén
Yo voy marcando con mi viejo tambor
Nada mejor hay que te pueda ofrecer
Su ronco acento es un canto de amor
Ropo-pom-pón, ropo-pom-pón, pón
Cuando Dios me vio tocando ante él
Me sonrió.
Oración Final
Querido Niño Jesús, por ti conocimos el amor del Padre, porque Tú le tendiste la mano a quien nadie más veía. Hoy te presentamos nuestras propias necesidades y las de nuestros seres queridos.
Confiamos nuestra oración también a María, Madre tuya y también nuestra, para que, como Ella, nos des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad.
Amén
Mi burrito sabanero
Con mi burrito sabanero voy camino de Belén
con mi burrito sabanero voy camino de Belén
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
El lucerito mañanero ilumina mi sendero
el lucerito mañanero ilumina mi sendero
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Con mi cuatrico voy cantando mi burrito va trotando
con mi cuatrico voy cantando mi burrito va trotando
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Tuki tuki tuki tuki,tuki tuki tuki ta
apúrate mi burrito que ya vamos a llegar
Tuki tuki tuki tuki,tuki tuki tuki tu
apúrate mi burrito vamos a ver a Jesús.
Con mi cuatrico voy cantando mi burrito va trotando
con mi cuatrico voy cantando mi burrito va trotando
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
si me ven, si me ven, voy camino de Belén
El lucerito mañanero ilumina mi sendero
el lucerito mañanero ilumina mi sendero
Si me ven, si me ven voy camino de Belén
si me ven, si me ven voy camino de Belén
A las doce de la noche
A las doce de la noche
todos los gallos cantaron
y en su canto anunciaron
que el niño Jesús nació.
Ay, sí, ay, no, al niño lo quiero yo.
En el portal de Belén
hacían fuego los pastores
para calentar al niño
que nació entre las flores.
Señora doña María,
aquí le traigo estas peras,
aunque no están muy maduras,
pero cocidas son buenas.
A las doce de la noche
Un gallo me despertó
con su canto tan alegre
cantando Cristo nació.