Día 5 de la Novena
Gloria cantan en el cielo
Gloria cantan en el cielo
al niño que nació en Belén
y el eco de valle en valle
repite una y otra vez.
¡Gloria!
A Dios en el cielo. (bis)
Hoy nosotros repetimos
todos juntos el cantar
que los cielos entonaron
a la entrada del portal.
¡Gloria!
A Dios en el cielo. (bis)
Adoremos al Dios niño
que nos trajo salvación:
y pidámosle su gracia
cantando todos a una voz.
¡Gloria!
A Dios en el cielo. (bis)
Cristianos, en este día
entonemos con amor
nuestro canto de alegría
como los ángeles de Dios.
Oración Inicial
¡Oh, Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinito amor por nosotros, queremos hacer esta novena para presentarte con sencillez nuestra alegría y cariño.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial con confianza y gratitud. Así queremos que sea nuestra oración, especialmente en estos días en que haremos memoria de tu Nacimiento.
Amén
Lectura:
Lucas 2, 16-20
Reflexión
La Sagrada Familia es el modelo para todas las familias, no porque sean un papá, una mamá y un hijo. Todos sabemos que hay distintos tipos de familias, pero son nuestro ejemplo, porque como ellos aprendemos unos de otros. Los padres no solamente nos dan el alimento, vestido y educación, sino que los hijos entregamos muchos aprendizajes a nuestros padres. Les enseñamos un tipo de amor que no conocían, incondicional y profundo. Casi como el que nuestro Padre Dios siente por nosotros. Nosotros aprendemos a independizarnos y ellos a dejarnos crecer y ser amados por otros. María guardaba estas cosas en su corazón, así como nuestras madres guardan nuestros aprendizajes en el suyo.
Propósito de estos días
Estos días agradeceremos a nuestros padres o a quien nos cuida todo lo que nos han enseñado y la forma gratuita en que nos aman. Tanto nos aman, que nos presentaron a Jesús, para que aun cuando ellos no estén, nunca nos sintamos solos. Los padres, agradeceremos las grandes alegrías que nuestros hijos nos han regalado y la hermosa forma de amar que nunca hubiésemos aprendido sin ellos. Agradezcamos el amor que Dios nos demuestra a los unos a través de los otros.
Soliloquio: Las ovejas dejadas solas
Nos han despertado con aquella luz que no era ni sol ni fuego, y después han salido corriendo. No se sabe dónde, no se sabe por qué.
¡Si lo supiera el amo!
¿Por qué abandonarnos, precisamente en esta hora, en esta oscuridad? ¡Si todavía nos hubieran dejado solas durante el día, menos mal! Hubiéramos podido entrar, por lo menos, en aquel campo de trigo de allá abajo y hacernos pasar las ganas. Durante el día, pobres de nosotras, si nos acercamos por allí, nos arrojan con gritos y a bastonazos. Y es preciso contentarse con la hierba escasa que, con el frío, se esconde entre las piedras, y a veces nos pincha los labios. Ahora, aunque los guardianes hayan huido, no podemos salir del cercado y no hay ninguna esperanza de pastos prohibidos.
Es preciso quedarnos aquí temblando, un poco de frío y un poco de miedo. Se preocupan de nosotras cuando hace sol y nadie se acerca, y ahora que el mundo es todo negro y hay tantos peligros, nuestros cuidadores desaparecen. Sin embargo, precisamente por la noche es cuando pueden venir los lobos, los chacales y todos nuestros enemigos. Podríamos, en un abrir y cerrar de ojos, encontrarnos degolladas por esas bestias de ojos rojos y sin misericordia. O bien los ladrones pueden robarnos las crías y venderlas quién sabe dónde. Y todo por culpa de esos pastores enloquecidos que han salido corriendo por hacer caso a aquellos jóvenes relucientes. ¡Bonita manera de trabajar los guardianes! ¡Nos apalean de día y nos dejan sin defensa por la noche!
Los hombres se dan aires de ser quién sabe qué y luego pierden la cabeza de repente. Y nosotras, obedientes, buenas, calladas... ¡Y luego nos recompensan así!
Ahora que estamos despiertas, sentimos el cuerpo medio vacío, que reclama -ayer hemos encontrado poco pasto- ¿y quién consigue volver a dormir?
Buenas noches, San José
Buenas noches, San José,
y en compaña de su esposa,
aquí estoy en su presencia
si sirvo de alguna cosa.
¿Dónde está San José?
¿Dónde está San José?
Con el niño y María, los tres.
Señora doña María,
aquí nos mandó mi maire
a cantarle nueve días,
nosotros, los de Pomaire.
¿Dónde está San José?
¿Dónde está San José?
Con el niño y María, los tres.
Señora doña María,
cogollito de cedrón,
a su niñito le traigo
dos metros de moletón.
¿Dónde está San José?
¿Dónde está San José?
Con el niño y María, los tres.
Oración Final
Querido Niño Jesús, por ti conocimos el amor del Padre, porque Tú le tendiste la mano a quien nadie más veía. Hoy te presentamos nuestras propias necesidades y las de nuestros seres queridos.
Confiamos nuestra oración también a María, Madre tuya y también nuestra, para que, como Ella, nos des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad.
Amén
Vamos a la gruta
Vamos a la gruta, vamos al portal
Que un niño ha nacido esta Navidad
Que un niño ha nacido esta Navidad.
Dicen que ha cantado al amanecer
un gallo en el cerro cerca de Belén
un gallo en el cerro cerca de Belén.
Todos los pastores están sorprendidos
Pues parece el grito de un recién nacido
Pues parece el grito de un recién nacido.
Llevémosle aromas: albahaca y cedrón
Hojitas de coca y cuna de cardón
Hojitas de coca y cuna de cardón.
Adoremos todos con mucho fervor
Al Rey de los cielos, nació el Redentor
Al Rey de los cielos, nació el Redentor.